VIDA Y MUERTE DE UN RÍO Por Jesús de la Cruz “El Chuly” Mis excursiones al Río Henares con vosotros nunca las olvidaré. Javier Manzano “El rata”, Jesús Sánchez “Moraga”, Jesús Manzano “Chule”, Gaspar Núñez, Antonio Manzano “Tripa”, Dionisio Albarrán, Carlos Baldominos “Charli” y J.A. Pérez “Japi”. Con mi agradecimiento a todos por lo que me habéis enseñado y mi satisfacción por lo que halláis aprendido de mi. Capitulo especial merecen mis excursiones con Heliodoro Reina “La reinita”, mucho mas recientes en el tiempo y por tanto mucho más provechosas por lo mucho que he aprendido de truchas gracias a ti. Gracias amigos. Nos adentrábamos Camino de la Barca abajo un grupo de amigos con nuestras cañas, de Cañar, hechas por nosotros mismos, un corcho, un poco de hilo y algunos anzuelos comprados en casa del “Tío Miserias” única tienda, en la que podíamos encontrar cosas de pesca en Azuqueca, hablando, jugando y entre bromas, llegábamos a ese río, que para nosotr
CASA DE POSTAS O PARADOR DE CORTINA por Alejandro Mañas García Una vez expulsado el ejército francés de la península en 1813 y tras la claudicación del propio Napoleón en 1814 mediante el Tratado de Fontainebleau y su posterior exilio a la isla de Elba, la nueva España constitucional de las cortes de Cádiz se encuentra en un estado de semirruinoso en su mayoría. Los edificios que han formado parte de los acuartelamientos franceses han sido en el mejor de los casos abandonados, sino derruidos o convertidos en cenizas. Edificios estatales, ayuntamientos, castillos, palacios o edificios religiosos sufrieron el vandalismo en la retirada de tropas una vez se desmontaron acuartelamientos, polvorines o centros de mando. Es el caso de la ya ruinosa Venta de San Juan del término de Azuqueca; en pleno camino Real de Barcelona entre Alcalá y Guadalajara, en el antiguo trazado de la vía romana nº25 del itinerario Antonino y propiedad desde época medieval de las mojas bernardas de Guadal
AQUELLOS ETERNOS HUMOS Por Cecilio García "Ceci" - "ZORRERIAS" Dejaron de venir, por los Noviembres, aquellos brazos fuertes de La Mancha... Aquellos hombres rudos que afrontaban los inviernos entre azadones y barros... De repente, surgieron aquellos eternos humo por las grises chimeneas que enturbiaron para siempre los limpios azules cielos... Aquellos primeros años sesenta, que sin apenas quererlo, cambiaron el rumbo de la vida para siempre en nuestro pueblo... Los bloques numerados, con tramos de escalera hasta el tercero, poco a poco rodearon a las casas de tapiales de tu centro... Las vecinas dejaron de ser las de la esquina, y pasaron a ser las del rellano, las del bajo y las de arriba... Destrozaron amores de rincones en los bailes... No me esperes esta tarde... voy de turno hasta las diez... Trabajos que quebraron juventudes - de las tardes de do
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